“»Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él! »Dejen de hablar con tanto orgullo y altivez; ¡no profieran palabras soberbias! El Señor es un Dios que todo lo sabe, y él es quien juzga las acciones.”1 Samuel 2:2-3 NVI