Esta Navidad Vivamos con Alegría, Paciencia y Dominio Propio

📖«“Lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.”

Gálatas 5:22-23 DHHDK

Reflexión: 🤔Vivir con alegría, paciencia y dominio propio es posible mediante la guía de las Sagradas Escrituras, y lo podemos entender con tres versículos clave que explican cómo cultivar estas virtudes:

1. La Alegría

La alegría debe ser constante y se nutre de la oración y la gratitud, independientemente de las circunstancias. 

1 Tesalonicenses 5:16-18 nos dice: "Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús." Este pasaje sugiere que la alegría no depende de que todo vaya bien, sino de una actitud continua de comunicación con Dios (oración) y reconocimiento de Sus bendiciones (gratitud). Es una elección consciente y un mandato divino.

2. Paciencia

La paciencia se demuestra al soportar las dificultades con esperanza y perseverancia, confiando en el tiempo de Dios. 

Romanos 12:12 nos anima:“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración." La paciencia no es pasividad, sino una espera activa y esperanzada durante la tribulación. La oración constante es el medio por el cual se mantiene esta actitud. 

3. Dominio Propio

El dominio propio es un regalo de Dios y una cualidad esencial para una vida piadosa, que nos permite controlar nuestras emociones y acciones. 

2 Timoteo 1:7 “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio."

Este versículo nos recuerda que no estamos solos en la lucha por el autocontrol. El Espíritu Santo nos capacita con poder, amor y con la habilidad de dominarnos a nosotros mismos, superando el temor y las tentaciones. 

Conclusión: Tus emociones son reales, pero no son tu jefe. Tus emociones no deben mandarte. El Espíritu Santo va formando algo nuevo en ti: amor, alegría, paz, paciencia, dominio propio, fe, mansedumbre... Ese fruto se nota, como un árbol que no puede esconder lo que da.

No es actuar, pretender, ni aparentar, es dejar que Dios trabaje en tu carácter hasta que tu vida se parezca más a la de Jesús. Y en lo cotidiano —en tus palabras, en tu manera de reaccionar, en tu forma de amar— empiezas a reflejar el cielo.

Oración: 🙏 Señor, produce en mí tu fruto. Enséñame a responder con amor cuando me provocan, a mantener la calma cuando la paciencia se agota y a vivir con dominio propio cuando mis emociones quieran gobernar. Haz que tu Espíritu transforme mi carácter de adentro hacia afuera, para que lo que otros vean en mí sea tu alegría, tu paz y tu bondad.

Bendiciones y feliz Viernes!…🤗

“Habla de Dios y de la Biblia y recuerda que tu transformación no es por un esfuerzo tuyo, sino el resultado de la obra del Espíritu Santo en tu vida.

Por favor contribuye a que la vida en nuestra sociedad sea mejor, conociendo, viviendo y compartiendo esta reflexión que nos conecta con el evangelio.

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