Jesús es Cordero y León
📖“Al día siguiente, Juan vio que Jesús venía hacia él y dijo: «Miren, Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29 PDT
Reflexión 🤔 “Todas las preguntas hasta ahora, han sido dirigidas a aquellos que están buscando a Jesús; a los que quieren saber si Él es realmente Dios, verdaderamente Bueno, Todopoderoso, y el Único Camino para alcanzar la vida eterna. Pero para esta pregunta final, tenemos que ver dos títulos de Jesús en la Biblia, que a primera vista, parecen totalmente opuestos. La pregunta que debemos plantear hoy es: si Jesús es el León de Judá o el Cordero de Dios.
Para explorar esta pregunta, vamos a ver el libro de Apocalipsis. Para muchos, la visión de Juan es un poco turbia y difícil de entender, pero es un libro importante porque en este, Dios nos da una imagen de lo por venir en el cielo eterno. En Apocalipsis, tenemos un destello de cómo es el cielo y y de lo que se escucha en él. Esa descripción es un regalo increíble de Dios y que lo tenemos aquí mismo en nuestras manos.
En Apocalipsis 5, el apóstol Juan, nos habla de un dilema en el cielo: «También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: "¿Quién es digno de romper los sellos y de abrir el rollo?". Pero ni en el cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, hubo nadie capaz de abrirlo ni de examinar su contenido» (vv. 2-3). Juan llora, porque sabe que este libro representa los planes eternos de Dios de destruir el mal para siempre, y alguien tiene que romper el sello. Justo entonces, un anciano dice, «¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos» (v. 5).
Jesús, como el cumplimiento de la promesa a Abraham en el Antiguo Testamento, es el León de Judá (ver Mateo 1.1–3, 16 y Lucas 3.21–37). Es interesante notar que «Judá» significa agradecimiento o alabanza, —y Jesús, quien vino de la tribu de Judá y es el León de Judá, es el centro de la alabanza. Él es poderoso y digno de nuestra alabanza. También, como el León de Judá, es poderoso para defendernos de cualquier ataque del enemigo.
Lo que es interesante es que cuando Juan voltea para ver al león, lo que ve es un cordero. En el sistema del templo, los sacerdotes traerían un cordero inmaculado y lo ofrecerían como sacrificio por los pecados del pueblo. En Hebreos 10.14, leemos que Jesús hizo este sacrificio por nosotros: «Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando».
En la Biblia, Jesús se presenta de forma dual: como el Cordero y el León. El Cordero representa su sufrimiento, muerte y sacrificio por los pecados de la humanidad, como se describe en el Nuevo Testamento. El León, por otro lado, representa su poder, realeza y victoria sobre la muerte, como se menciona en Apocalipsis 5. Ambas imágenes son cruciales para entender la naturaleza y obra de Jesús.
Jesús como el Cordero:
Humildad y sacrificio: Jesús se identifica con el cordero, un animal inocente y vulnerable, para simbolizar su humilde entrada al mundo y su disposición a ofrecer su vida como sacrificio por los pecados de la humanidad.
Jesús en la cruz: El cordero es inmolado en la cruz, representando el precio de la redención y el pago por nuestros pecados.
Salvación: El cordero de Dios es la base de nuestra salvación, pues mediante su sacrificio, se abre el camino a la reconciliación con Dios. Jesús como el León:
Poder y realeza. El León de la tribu de Judá representa la autoridad y el poder de Jesús como rey del universo. Victoria sobre la muerte: Jesús, como León, venció a la muerte y resucitó, otorgando a sus seguidores la esperanza de la vida eterna y la victoria sobre el pecado. Reina sobre la tierra: Jesús, como León, gobernará sobre la tierra y establecerá un nuevo orden, donde la justicia y la paz prevalecerán. Ambos símbolos en el libro de Apocalipsis que muestra a Jesús como el Cordero y el León. El Cordero, que fue inmolado, es reconocido como digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
La unión de ambos: La imagen del León que es el Cordero revela que la victoria de Dios es a través de la debilidad, la cruz y el sacrificio, pero también a través de la fuerza, el poder y la realeza de Jesús.
En resumen, Jesús es tanto el Cordero humilde y sacrificial como el León poderoso y Rey. Ambas imágenes son fundamentales para comprender su naturaleza divina, su obra redentora y su promesa de victoria y salvación para la humanidad.
Jesús, como el Cordero de Dios, es el todo misericordioso Salvador que nos ha rescatado del castigo de nuestros pecados.
De manera que, la historia en Apocalipsis nos deja ver que Jesús es ambos, el León y el Cordero. Como el León, lo honramos y le damos el respeto que merece como el todopoderoso Rey del universo—el que provoca que los demonios se estremezcan (ver Santiago 2.19). Como el Cordero, venimos ante Él, y aceptamos el sacrificio que se requería para comprarnos del poder de la esclavitud, el pecado y la muerte. La pregunta para tí hoy es, ¿aceptarás este sacrificio? ¿Darás tu vida a Jesús y lo acogerás como el León y el Cordero?
Finalmente es bueno reflexionar en lo siguiente:
¿Cómo entiendes la realidad de que Jesús es el León y el Cordero? ¿Qué te atrae acerca de cada una de estas funciones que Él sirve en tu vida?
¿Qué significa para ti adorar a Jesús como el León de Judá y el Cordero que fue sacrificado? ¿Cómo puedes expresar tu alabanza por lo que Jesús ha hecho por amor a ti?
¿Cómo has respondido a la pregunta «¿quién es Jesús?»? ¿Cómo el entender su identidad afecta tu relación con él?”
“Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.”
2 Corintios 4:6 NTV
Bendiciones y Feliz Jueves!...🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, y percibe a través de ella, el grandioso y eterno Señorío de Jesús, el Dios y hombre verdadero; el Cordero y León”
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