Corrección Congruente
📖 “Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna;” 1 Timoteo 3:4
Reflexión 🤔 “El buen juez por su casa empieza” dice un refrán, pero propongo perfeccionar esa frase, agregándole otra parte, para que completo diga esto: “El buen juez por su casa empieza, y también es el primero en obedecer toda la ley”.
Ilustración 📃En cierta familia era costumbre leer la Biblia reunidos alrededor de la mesa a la hora del desayuno. Una mañana, con el Nuevo Testamento abierto, el padre buscó el capítulo seis de Efesios. En esa ocasión todo parecía propicio para reforzar su autoridad paterna, y leyó el conocido versículo: “Hijos, obedezcan a vuestros padres…”
El hijo mayor, de dieciséis años, estaba al otro lado de la mesa; y el padre, considerando la oportunidad demasiado buena como para desperdiciarla, le dijo: —“Hijo, este es un buen texto; escúchalo otra vez: “Hijos, obedezcan a vuestros padres en el Señor.” Y prosiguió la lectura cayendo ingenuamente en el siguiente versículo: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos.” Entonces el muchacho de dieciséis años, sin pestañear ni sonreírse, le dijo: “Papá, ese es un buen texto; léelo otra vez.”
Es claro que Dios no hace acepción de personas, pues mediante Su Palabra, nos confronta a todos, a fin de que cada uno corrijamos aquella parte que nos aplica.
El cristiano, al igual que lo es la Biblia, debe ser también completamente honesto como para no querer saltarse ninguna página cuya enseñanza o reclamo no le convenga; ni debe dejar tampoco de amonestar a otros por su rebeldía contra Dios, cuando sea necesario.
Sin embargo muy pocos aceptan la corrección, por lo que el Señor reclama “Porque al malvado Dios le dice: «¿Qué derecho tienes de citar mis leyes o de mencionar mi alianza, si no te agrada que yo te corrija a ti, ni le das importancia a mis palabras?”
—Salmos 50:16-17
Y es que “La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo. Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz. El temor del Señor es limpio y permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos, ¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal! Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provechoso obedecerlas. ¿Quién se da cuenta de sus propios errores? ¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas! Quítale el orgullo a tu siervo; no permitas que el orgullo me domine. Así seré un hombre sin tacha; estaré libre de gran pecado.”
—Salmos 19:8-14 DHHDK
Conclusión: La verdadera autoridad moral, consiste en corregirnos primero a nosotros mismos, para así poder estar en condiciones de corregir a los demás.
Bendiciones y feliz Miércoles!…🤗
“Habla de Dios y de la biblia, donde nuestro Señor Jesucristo nos instruye diciendo: “¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo”? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.”
—San Mateo 7:3-5 DHHDK