Dicha Después de La Aflicción
Reflexiones Palabra de Poder
12 de Septiembre del 2021
“Dicha después de la aflicción”
📖“Sí, el Señor escucha al bueno cuando le pide ayuda, y lo libra de todas sus tribulaciones. El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; y libra a los de espíritu abatido. El bueno no está libre de tribulación; también tiene sus problemas pero en todos ellos lo auxilia el Señor.”
Salmo 34:17-19 NBV
Reflexión 🤔Cuando tenemos que atravesar por ellas, la gran mayoría de nosotros no entendemos el porqué de las aflicciones, y creemos que durarán toda la vida, pero no es así.
La aflicción es una emoción común a la experiencia humana, y las vivimos a lo largo de la vida. Varios personajes bíblicos experimentaron pérdidas y tristezas profundas, incluyendo a Job, Noemí, Ana y David. Incluso Jesús lloró (Juan 11:35; Mateo 23:37-39). Después que Lázaro murió, Jesús fue a la aldea de Betania donde Lázaro había sido enterrado. Cuando Jesús vio a Marta y a los otros dolientes llorando, Él también lloró. Jesús fue conmovido por su dolor, y también por la muerte de Lázaro. Jesús es verdaderamente el sumo sacerdote que puede "compadecerse de nuestras debilidades" (Hebreos 4:15).
Un paso para vencer la tristeza, es tener la perspectiva correcta. En primer lugar, reconocemos que la aflicción es una respuesta natural al dolor y a la pérdida. No hay nada malo con afligirse. En segundo lugar, sabemos que los momentos de tristeza tienen un propósito.
📖”Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran tenerlo presente”.
“El sabio tiene presente la muerte; el necio solo piensa en la diversión.” Eclesiastés 7:2, 4 NVI
Este versículo implica que la aflicción puede ser buena, porque puede refrescar nuestra perspectiva de la vida. En tercer lugar, queremos recordar que los sentimientos de tristeza son temporales.
📖"Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría" (Salmo 30:5).
Hay un fin para la aflicción. El dolor tiene su propósito, pero también tiene su límite, y siempre después de la aflicción seremos más maduros y valoraremos mejor la vida, pero el necio muere en medio de los problemas que el mismo se acarrea sin comprender nunca nada.
Ilustración 📃 En su libro “Mi refugio”, Shirnet Wellington narra la siguiente anécdota que describe sus tiempos de adversidad antes de que finalmente conociera la dicha:
“Me casé, y al poco tiempo quedé embarazada. Faltaba poco para el parto y mi esposo y yo estábamos muy felices. Íbamos a tener una niña. Me preparé para ir al médico, pero en el camino hubo un accidente. No me lastimé, pero estaba en un gran estado de shock. Me llevaron rápidamente a la sala de partos, donde el médico nos dijo que mi presión sanguínea estaba tan alta que si querían salvar mi vida tendrían que romper la placenta y dejar morir a mi hija. Di a luz a una hermosa bebita, pero había muerto. Fue la experiencia más triste que viví. Estaba pasando por las aguas, pero Dios estaba conmigo y me acompañó durante las muchas noches de dolor, angustia y lágrimas.
El tiempo pasó, y dos años más tarde, me encontraba nuevamente en el mismo hospital para dar a luz a nuestra segunda hija. Un nuevo médico y una partera aprendiz vinieron a hacerme un control, y me dijeron que estaba lista para dar a luz. Les pedí que esperaran hasta que mi médico y mi esposo llegaran, pero no lo hicieron. En vez de esto, indujeron el trabajo de parto, y cuando no pudieron sacar la cabeza de la bebita de manera rápida, usaron la ayuda de una aspiradora. En el proceso, dañaron el cerebro de mi niña. En los días y las noches que siguieron pasé por ríos de aflicción, por momentos parecía que me ahogaría, pero Dios no permitió que esto ocurriera.
Diez años más tarde, mi hija fue hospitalizada y murió poco tiempo después. El día antes de su funeral, sentí que me moriría, mi aflicción era larga y profunda, demasiado tiempo de dolor. Nunca antes había sentido un dolor tan profundo en mí. Estaba pasando por el fuego de la aflicción. Entonces, dos de mis hermanos, que son médicos, me animaron a llorar. Cuando logré hacer esto, me sentí mucho más aliviada y con fuerzas para continuar. Después, en un sueño profundo que Dios me suministró, sentí su presencia muy cerca de mí. Fue entonces que Dios me llevó en sus brazos y me permitió asistir al funeral de mi hija al día siguiente. Pero Él trajo fortaleza y paz a mi mente cumpliendo su Palabra:
📖”Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Isaías 43: 2
Desde aquel entonces, Dios me ha recompensado grandemente. Me permitió dar a luz con éxito a dos hijos varones; uno de ellos es pastor, como su padre. El otro es un piloto. Ahora puedo cantar por las bondades del Señor, porque en verdad él cumple todas sus promesas, aunque por largo tiempo no esperé tanta dicha”.
Conclusión: 📖“Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor. Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.” 1 Pedro 5:6-7 NTV
Bendiciones y feliz Domingo!…🤗
“Habla de Dios, lee la biblia, y encuentra en sus páginas las promesas y consuelos con que el Señor nos sostiene en los tiempos de aflicción”
Sigamos orando por el cese de la violencia, de los abortos y de la pandemia; y también porque Dios mande hambre de conocer su Palabra escrita en la biblia, para obedecerla y sea así trasformado nuestro país.
Pues: “Si mi pueblo se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo escucharé sus oraciones desde el cielo, perdonaré sus pecados y devolveré la prosperidad a su país. 2 Crónicas 7:14
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