El Perdón Que Necesitamos
📖“¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar. Vuelve a compadecerte de nosotros. Aplasta nuestras maldades y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados.”
Miqueas 7:18-19 NVI
Reflexión 🤔 Dios ofrece su perdón incontables veces al ser humano, aunque en ocasiones lo tomamos a la ligera y no lo valoramos suficientemente. Sin embargo, cuando experimentamos el perdón, ya sea el de Dios, o el perdón que nos otorgamos los unos a los otros, nuestra alma recupera la paz y la tristeza desaparece dando paso a la alegría.
Ilustración 📃 En 1986,una joven de 19 años de edad, transportaba hacia un hospital de El Salvador en Centroamérica, a su pequeña bebe de 30 días de nacida para hacerle su debido chequeo de salud. Al llegar con su bebé en brazos, ella tomó asiento en la sala a la espera de ser atendida. Pasaron los minutos, y la bebé se desesperó y comenzó a llorar causando molestia a las demás personas que también esperaban su turno.
De pronto una mujer desconocida, de aspecto joven, se mostró amigable con ella y se ofreció a llevar la niña afuera para consolarla, ella accedió y la entregó en sus brazos.
Pasaron cinco minutos y el llanto ya no se oía, y la mujer que se ofreció a ayudarle no regresó. La madre comenzó a sospechar que algo estaba mal y salió a buscarla. Para su gran sorpresa, descubrió que aquella mujer había desaparecido llevándose consigo a su pequeña bebe. El llanto y desconsuelo comenzaron a invadir el corazón de aquella madre, que había sido una más de las tantas víctimas de tráfico de menores en aquel país bajo la sombra de la guerra civil que acontecía en esa década.
Como toda madre, ella jamás pudo reponerse de la pérdida de su niña. Pasaron años y nunca se perdonó el hecho, vivió sin paz y culpándose, día tras día, por su imprudencia.
A 30 años del suceso, aconteció lo que menos se esperaba. En un medio de comunicación local se difundía la historia de una joven de nacionalidad francesa pero origen salvadoreño, que había regresado en búsqueda de su madre, ya que como ella describía, sus padres adoptivos le habían relatado de sus orígenes salvadoreños. Y justamente ese día, uno de sus hermanos se encontraba viendo el reportaje televisivo, y por las características que detallaban, concluyó que era la bebé que habían robado de los brazos de su madre.
Afortunadamente la madre con su hija se reencontraron de nuevo. Una mezcla de llanto y alegría invadió aquel momento, y la madre, después de aclararle a su hija lo que sucedió hace 30 años, recibió el perdón y la paz que por tanto tiempo había necesitado.
Conclusión. Al igual que aquella madre, también nosotros pudimos haber cometido muchos errores que nos hacen sentir cada día miserables y tristes. Pero debemos saber que el perdón es la mejor medicina que podemos recibir. Por eso el Señor nos dice en su Palabra: “Sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdono a ustedes en Cristo.” Efesios 4:32 (NVI)
Si dejamos que el perdón eterno de Dios llene nuestras almas, nos enseñará también a perdonar a los demás como él nos ha perdonado nuestros muchos pecados, y solo entonces recibiremos la verdadera paz en nuestro corazón.
Bendiciones y feliz Miércoles! 🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, para poder descansar en el perdón inmerecido de Dios que todos necesitamos”