Jesus Libera A Los Cautivos
📖 “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres.” San Juan 8:32 ss
Reflexión 🤔 Existen diferentes formas en las que una persona puede ser esclavizada. Algunos permanecen atados al vicio del alcoholismo o la pornografía, o drogas, o a un vicio tan común como es el cigarro, y otros permanecen atados durante toda o gran parte de su vida, a alguna de las muchas formas de idolatría, entendiendo esta, como una fuerte atadura y dependencia a todo aquello que toma el lugar de Dios en el corazón. La expresión más fuerte de idolatría, son aquellos objetos de los que se espera ayuda para salvación, la cual ya fue consumada, y solo la pudo obtener Cristo en la cruz, y la ofrece a todo aquel que cree en Él y la recibe gratuitamente, debido a que Jesús ya la pagó al Padre con su misma vida.
Sin embargo, es imposible liberarse por sí mismos de tal dependencia espiritual, y solo es hasta que la luz del Señor nos deja comprender el sentido del segundo mandamiento de Éxodo 20:5 Hablando acerca de eso, y debido al gran amor con que nos cela, ordena no hacer, tener, ni adorar ídolos, diciendo:“No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses.” (Éxodo 20:5)
Uno de los constantes logros del evangelio llevado a las naciones por los apóstoles, es conseguir que los idólatras se vuelvan a Dios, abandonando todos sus ídolos para abrazarse únicamente a Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida que la Biblia revela.
Ilustración 📃 Las lágrimas corrían libremente por el rostro de un anciano mientras trataba de desatar el nudo de un cordón que tenía alrededor del cuello, en el que tenía colgado un pequeño saco. El nudo estaba sucio, y lleno de tierra. El anciano tenía la cabeza doblada como si llevara un gran peso sobre la espalda, su cuerpo temblaba y el temor de lo desconocido se reflejaba en sus ojos. Este hombre era Sampashe, jefe africano.
“No debes confiar en dioses paganos”, le habían dicho, pero el conflicto de siglos de tinieblas y temor, se había posesionado de él. ¿Qué calamidades le sobrevendrían si se quitaba este amuleto? ¿No podría conservar por lo menos éste? “No”, le dijeron, si realmente crees en el amor y en el poder de Jesús, debes poner tu confianza solamente en él.”
Parado junto al anciano, en silencio y comprensivo sonriendo para infundirle ¿ánimo y confianza estaba el misionero. Sampashe levantó las manos, pero el viejo nudo no podía deshacerse, pues había estado atado por tantos años que estaba completamente sólido.
El terror se apoderó del corazón de Sampashe. Miró el rostro del misionero y entonces hizo la primera oración de su vida, la cual era un grito en el que pedía auxilio, misericordia y amor. El nudo se aflojó, y a medida que el cordón se deslizaba del arrugado cuello del anciano, también una carga pesada caía de su corazón. Alzando el rostro lleno de lágrimas, Sampashe sonrió triunfante y tomó la mano del misionero en señal de fraternidad cristiana.
Solo Cristo es nuestro libertador y es inútil esperar en otros. “¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos.” (Hechos 4:12)
“Cuando Jesús llegó a Nazaret, la aldea donde creció, fue como de costumbre a la sinagoga el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.» Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí tenían la vista fija en él. Él comenzó a hablar, diciendo: —Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oír. Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía. Se preguntaban: —¿No es este el hijo de José?”
(San Lucas 4:17ss)
Desgraciadamente, y aunque Jesús vino a liberarnos completamente de la maldad y el pecado que tanto nos asedia, al final de los tiempos no habrá un final feliz para los que no se arrepintieron ni permitieron a Cristo hacerlos verdaderamente libres, pues Apocalipsis nos permite ver lo que sucederá al respecto de este tema: “Sin embargo, los que no murieron en esas plagas aun así rehusaron arrepentirse de sus fechorías y volverse a Dios. Siguieron rindiendo culto a demonios y a ídolos hechos de oro, plata, bronce, piedra y madera, ¡ídolos que no pueden ni ver ni oír ni caminar!”
(Apocalipsis 9:20)
Conclusión: Para una gran parte de la humanidad, la venida de Cristo no les producirá ninguna liberación, sino que Su Palabra contenida en la Biblia, les condenará en el día final, pues pudiendo recibirla a tiempo para obedecerla, se resistieron y la despreciaron.
Desechemos toda clase de idolatría, incluyendo la que crees que no lo es.
Bendiciones y feliz Miércoles! 🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, porque solo a través de ella conoceremos a Cristo, quien es la Verdad que nos hará libres”