La Enorme Importancia del Perdón
📖 «Perdona nuestros pecados como nosotros también perdonamos a los que nos han hecho mal. »Porque si ustedes perdonan a los demás el mal que les hagan, su Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si ustedes no los perdonan, su Padre tampoco los perdonará a ustedes.» Mateo 6:12, 14-15 PDT
Reflexión 🤔 Sé que todos hemos leído bastantes artículos sobre el perdón y escuchado mil charlas sobre el tema. Pero, de todas maneras, es muy difícil de practicar. Perdonar no resulta fácil para la mayoría de nosotros, pero quien no perdona, definitivamente no está listo para el Reino de Dios.
Esta cita bíblica es ineludible, y absolutamente condicional, de la que se entiende, que el mantener cualquier resentimiento por ofensas recibidas no perdonadas ni sanadas, nos separa de Dios, y nos deja en el sufrimiento de la desobediencia y la rebelión. La Palabra de Dios enseña que por nuestro propio beneficio, nos conviene perdonar para no ser entregados a los espíritus torturadores. La falta de perdón nos desfigura de lo que debemos ser: la imagen de nuestro creador. En definitiva, no hay forma de entrar al cielo para quien no perdona.
Es verdad que cada vez que alguien nos lastima, quedamos con un sentimiento de herida, ira y deseos de venganza que nos es muy difícil pasar por alto. Pero el perdón no es olvido, es simplemente
soltar la herida, y sorpréndete…No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos! Así es!
La herida y dolor que alguien nos causa, pudieran ser siempre parte de nuestra vida, pero el perdón nos ayuda a soltar su agarre para que podamos seguir adelante.
Y en cuanto a quién perdonar, comencemos con un amigo que nos ha lastimado mucho, el hermano que en un momento de enojo dañó nuestra susceptibilidad, o el extraño que nos pisó el callo en un autobús. Las ofensas, salvo las inconscientes, provienen de un espíritu descontrolado y en crisis. El acto de ofender conscientemente, revela la falta de compasión, dominio propio y a fin de cuentas, un espíritu amargado que necesita proyectar sobre otros su propio caos, y que pide a gritos por ayuda urgente.
Perdonarnos a nosotros mismos es también importante. Y perdonemos rápido ya que entre más tiempo tomamos y más lo pensamos, podríamos nunca estar listos para hacerlo. Perdonemos también pronto al ofensor, porque esa persona que nos ofendió podría morir, dejándonos atados a nuestra propia culpa para siempre. Así que hagámoslo tan pronto como podamos porque aunque no cambie el pasado, definitivamente cambiará el futuro.
Y recordemos: “No perdonar es como ingerir nosotros el raticida y esperar que la rata muera".
La falta de perdón es una poderosa y real “atadura” que trastorna toda convivencia. Y la razón por la que el Señor nos llama a perdonar de forma incondicional, es precisamente porque al no hacerlo, somos nosotros mismos los más perjudicados. Y en esto, aún la ciencia confirma el impacto sobre nuestros cuerpos de la amargura resultante del no perdonar, con la aparición de enfermedades psicosomáticas, las cuales teniendo origen en los pensamientos, se manifiestan en el cuerpo físico, tal como lo han demostrado estudios científicos serios, veamos algunas de esas deducciones: "Cuando la relación mente cuerpo ve alterada su armonía, debido a emociones displacenteras, depresión o sentimientos negativos, o situaciones generadoras de estrés, inevitablemente se produce un impacto, que puede presentarse en forma de síntomas o enfermedades psicosomáticas".
Dada la enorme importancia de este tema, ya que es una doctrina central de la Biblia, el día de mañana abundaremos en una segunda parte, para considerar la gran cantidad de enfermedades psicosomáticas que están asociadas al rencor por falta de perdón.
Bendiciones y feliz Domingo! 🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, pues solo Jesús nos enseña y ayuda a perdonar, olvidar y sanar las ofensas con que lastimamos y fuimos lastimados, pues de no hacerlo, perderemos esta vida entre amargura y resentimientos, y después también perderemos la vida eterna, ya que si no perdonamos, al morir, nosotros tampoco seremos perdonados por el Señor”