La Fe de un Niño
📖 «El Señor les respondió: —Si la fe que ustedes tienen fuera al menos tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Saca tus raíces de aquí y plántate en el mar”, y el árbol les obedecería”.» Lucas 17:6 NBD
Reflexión 🤔 La fe de los niños cristianos, no es un juego de apariencias religiosas que pretenda impresionar a los demás. Cuando son bien instruidos, ellos realmente creerán lo que se les enseñó acerca de Jesús, vivirán por ello, y creerán con más sencillez que los adultos que tanto dudamos por tener una fe demasiado racional, que confía más en la lógica que en las promesas de Dios.
Muchas veces los adultos cristianos de fe promedio, cuando pedimos, consideramos lo difícil que sería recibir lo que pedimos, es como orar diciendo: "Yo te pido esto Señor…..aunque entiendo que lo que te pido Señor, en realidad es casi imposible y si no se puede, no importa. De todos modos gracias Jesús"…En realidad está es una demostración de una fe que espera…..pero que espera no recibir nada!
Para vergüenza de los que alguna vez hemos orado así, y que obviamente no recibimos respuesta, te comparto la siguiente anécdota tomada de la vida real de una pequeña comunidad cristiana.
Ilustración 📃 Un médico que trabajó en África narraba una increíble experiencia diciendo:
"Una noche trabajé duro con una madre en su parto muy difícil, y a pesar de todo lo que pudimos hacer, ella falleció dejándonos un pequeño y prematuro bebé y una niña de dos años que lloraba desconsoladamente. Tuvimos grandes problemas para mantener vivo al bebé, no teníamos incubadora ni electricidad para hacer funcionar una. Tampoco teníamos alimento especial para estos casos. Aunque estábamos sobre la línea del Ecuador, las noches a menudo eran frías con peligrosos vientos.
Una estudiante que me ayudaba fue a buscar una cobija de lana que teníamos para los bebés. Otra fue a atizar el fuego y a cargar una bolsa con agua caliente. Ella volvió casi inmediatamente muy preocupada para decirme que la bolsa se rompió al llenarla, (las bolsas de agua caliente se rompen fácilmente en climas tropicales). ¡Y era nuestra última bolsa!, exclamó.
“Muy bien” dije, “pon al bebé lo más cerca posible del fuego y acuéstate entre el bebé y la puerta para evitar las corrientes de aire frío. Tu trabajo es mantener con calor al bebé.”
Al mediodía, como hacía todos los días, fui a orar con los niños del orfanato. Les daba sugerencias sobre cosas por las cuales orar, y también les conté del pequeño bebé. Les expliqué nuestro problema de mantener al bebé con calor suficiente, de la bolsa de agua caliente que se había roto, y de que el bebé podía fácilmente morir si se enfriaba. También les conté de su hermana de 2 años, que lloraba porque su madre había muerto.
Mientras orábamos, una de las niñas, de nombre Ruth, hizo la usual sincera oración que los niños hacen en África. “Dios, por favor, envíanos una bolsa de agua caliente hoy, mañana será demasiado tarde porque el bebé habrá fallecido, por favor envíala esta tarde”.
Mientras trataba de contenerme por la audacia de su oración, ella añadió: “y también ¿podrías por favor enviarnos una muñeca de juguete para la niña, así ella puede ver que Tú realmente la amas?”
Como sucede a menudo con las oraciones de los niños, yo fui sacudido. ¿Podría yo decir amén honestamente? ¡Sinceramente yo no creía que Dios podría hacer esto!
Oh sí, yo sé que Él puede hacer todo; la Biblia dice así. Pero hay límites, ¿no es cierto? …La única forma en que Dios podía contestar esta oración en particular, sería si alguien nos enviaba esas cosas desde el exterior. Hacía ya casi 4 años que estaba en África y nunca nos habían enviado nada.
Y si alguien nos enviaba algo, ¿podría ser que incluyera una bolsa de agua caliente?…La verdad, francamente yo no lo creía posible. Y esa era mi fe. Pero que tremendo es ser confrontados por la Palabra de Dios en Mateo 18:3
que dice: —“De cierto les digo que si no se vuelven y se hacen como los niños, jamás entrarán en el reino de los cielos”. RVC.
A media tarde mientras estaba dando clases al grupo de enfermería, me llegó el mensaje de que un vehículo había llegado a mi casa. Para cuando llegué a mi casa el vehículo ya se había ido, pero en la puerta había dejado una caja de unos 11 kilos. Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas, no pude abrir la caja yo solo, llamé a los niños del orfanato para que me ayudaran.
Con cuidado empezamos a desempacar con mucha emoción. Había unos 15 chicos observando la gran caja. Comencé a sacar ropita de colores muy brillantes. Los ojos de los chicos estaban iluminados. Había vendas para los leprosos. También había pasas de uva que serían de utilidad para el fin de semana.
Luego puse mi mano nuevamente en la caja y sentí… ¿podía esto ser cierto?… Lo tomé y lo saqué. Sí. ¡Era una bolsa de agua caliente nueva! Lloré, yo no había pedido a Dios que nos la mande; yo no creí verdaderamente que Él podía enviarla.
Ruth estaba en primera fila. Ella se adelantó y en alta voz dijo, “si Dios envió una bolsa de agua caliente, también debe haber enviado la muñeca”. Escarbando hacia el fondo de la caja, ella sacó una hermosa muñeca con un vestido de colores. ¡Sus ojos brillaban, porque ella nunca había dudado!…
Mirándome me preguntó, “¿puedo ir contigo y darle la muñeca a la niña, así ella sabrá que Jesús realmente la ama?” “Por supuesto”, respondí.
Aquel paquete había estado de viaje durante 5 meses, la habían enviado mis compañeros de escuela que tuvieron la impresión de obedecer a Dios e incluir una bolsa de agua caliente, aún para la línea del Ecuador.
Y una chica había puesto la muñeca para una niña Africana 5 meses antes, en respuesta a la oración de fe de una niña de 10 años, y traerla esa misma tarde.
Jesús dijo: «Si no se vuelven a Dios, arrepentidos de sus pecados y con sencillez de niños, no podrán entrar en el reino de los cielos.» Mateo 18:3 NBD
Porque «La oración del justo es poderosa y eficaz. Elías era un hombre con debilidades como nosotros, pero oró con fervor para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Después, volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra dio sus cosechas.» Santiago 5:16-18 NBD
Cuando recibas este mensaje, haz una oración por lo que crees urgente e imposible. La oración es el mayor regalo que podemos recibir. No tiene costo, es gratis pero tiene muchas recompensas. Continuemos orando los unos por los otros.
Bendiciones y feliz Lunes! 🤗
“Habla de Dios y de la Biblia para aprender y practicar realmente lo que es la oración hecha con verdadera fe”