La Navidad se fue, pero Cristo se Quedó con Nosotros
📖”Después de haber cumplido con todo lo que manda la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. Y el niño crecía y se hacía más fuerte, estaba lleno de sabiduría y gozaba del favor de Dios.“
San Lucas 2:39-40 DHH94I
Reflexión 🤔 Para estas fechas de Enero del nuevo año 2024, apenas se escuchan ya, los últimos villancicos que quedan de la Navidad que termina. Los comercios se resisten a retirar su hermosa decoración, y nuestros corazones lamentan que esa hermosa temporada navideña transcurra tan rápido, habemos algunos que deseamos dejar las luces encendidas durante todo el año al sentir que no resistiríamos la nostalgia de una humanidad que en Diciembre coincide en una sola “Noche de Paz”, pero que después, de inmediato se vuelve a la rutina de una vida sin espiritualidad cristiana, quedando sólo los regalos como testigos de la alegre euforia de las convivencias llenas de sonrisas y de buenos deseos que quizás nunca se cumplan.
Ginger Garrett narraba cómo “Un hombre parcialmente paralizado estaba teniendo problemas para desplazarse por el pasillo de la tienda abarrotada de compradores navideños. Mientras pasaba frente a mí, el bullicioso gentío nos empujó el uno hacia el otro, y entonces lo escuche susurrar tímidamente: Feliz Navidad. Su cuerpo estaba enfermo, pero él irradiaba paz, era una paz genuina; era la paz que trajo
Jesus al mundo al nacer en un pesebre en Belen.
Eso me hizo recordar que la Navidad es la paz de Dios que viene a habitar en medio de nuestras circunstancias. Después de todo, la primera Navidad no parecía perfecta.
Ninguna mujer quiere dar a luz rodeada de animales y cabalgar sobre un asno durante el noveno mes de embarazo. Sin embargo, cada detalle, cada inconveniente y cada humillación, eran parte del misterioso plan de Dios.
Podemos quedar atrapados por el mito de la celebración perfecta cuando ella refleja nuestros propios deseos. Pero la Navidad se trata del regalo de Dios para nosotros: la paz en un mundo caído y el llamado a confiar en su plan.
La Navidad llega, estemos listos o no para recibirla. Las bendiciones de Dios no están cautivas por agendas apretadas. La paz no es una recompensa para aquellos que terminan de hacer todo el 24 de diciembre. Ella simplemente nos llena el corazón cualesquiera que sean nuestras circunstancias. De manera muy parecida, Cristo no necesitó que termináramos de hacer nuestro trabajo antes de que Él pudiera salvarnos. El Mensaje de Navidad es "Paz a Vosotros"
La salvación de Dios siempre nos ha encontrado en las circunstancias y realidades más insólitas —incluso de rodillas junto a un pesebre.
En verdad ese era un lugar insólito, especialmente para una madre primeriza. Pienso que si José lo hubiera planeado mejor, podrían haber llegado a Belén antes. Podrían haber conseguido una habitación. María habría estado más cómoda.
Pero en ese establo, Dios celebró el nacimiento de su Hijo y la culminación de siglos de espera y preparativos. Si alguien tenía derecho a exigir que todo fuera perfecto en ese día, ese era Dios. Quizás el Padre celestial quería privacidad —un ambiente íntimo y tranquilo para el nacimiento de su Hijo.
Con todo, si María hubiera conseguido una habitación en la posada, habría estado rodeada de gente, y no hay nada más perturbador que un extraño que quiere ser servicial.
Pero Dios nos dio a Jesús en sus términos y a su manera. Si esa primera mañana de Navidad parecía menos que ideal, era porque se trataba de algo totalmente distinto, era divina.
Puede ser que usted no pase la mañana de Navidad en un establo. Puede ser que consiga una habitación en la posada. Puede ser, incluso, que termine de hacer sus compras, preparar la comida y decorar el árbol. Pero si se le cansa el cuerpo, si su camino se le vuelve difícil y si nada le sale conforme a lo planeado, entonces recuerde que usted puede abrazar la Navidad tal y como se encuentre.
Rechace las falsas promesas de perfección. Usted no tiene que esperar por la paz, porque la paz no esperó por usted. Ella está aquí y ahora mismo en el corazón dónde ha nacido Cristo.
La Navidad pasó muy rápido y ciertamente yo también lo lamento; pero Cristo nos dejó su Santo Espíritu como precioso Consolador que estará siempre con nosotros, además de
su propia promesa: ”Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.“ San Mateo 28:20
Bendiciones y feliz Martes! 🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, para explicarle a otros lo que significa que Cristo nació en nosotros, y que el Espíritu Santo nos habita y nos guía como lo enseña Isaías 30:21 diciendo: ”Y si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: «Por aquí es el camino, vayan por aquí.» Y despreciarás como cosas impuras tus imágenes de plata y tus ídolos recubiertos de oro. Los rechazarás como algo impuro y los considerarás como basura“