Las Marcas de Un Amor Perfecto

🌟 📖 “Luego le dijo a Tomás: «Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»”
‭‭San Juan‬ ‭20:27‬ ‭RVC‬‬

Reflexión 🤔 Todo pecador que se vuelve a Cristo, comprende perfectamente bien el nivel de sufrimiento que pagó el Salvador para saldar con su muerte el costo de nuestros pecados. Y fue tan grande su amor, que se sometio a la muerte, y muerte de cruz, a una muerte humillante, vergonzosa y de inmenso dolor.

Cuando entendemos todo esto, no podemos ya confundir su nombre, ni agradecer a nadie más por nuestra salvación. No hay otro nombre por el cual podamos ser salvos.

Por salvarnos Jesús, “Todos lo despreciaron y lo rechazaron. Fue un hombre marcado por el dolor y habituado al más amargo sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo, lo ignorábamos y lo considerábamos como harapo pisoteado en el camino. Y sin embargo, el sufrimiento que él padeció es el que a nosotros nos correspondía, nuestras penas eran las que lo agobiaron. Y nosotros pensábamos que sus tribulaciones eran castigo de Dios por sus propios pecados, ¡pero él fue herido y maltratado por los pecados nuestros! ¡Se le castigó para que nosotros tuviéramos paz, lo azotaron y nosotros fuimos sanados por su sufrimiento! Nosotros fuimos quienes nos extraviamos como ovejas, nosotros, quienes seguimos nuestro propio camino. ¡Pero Dios echó sobre él la culpa y los pecados de cada uno de nosotros! Fue oprimido y afligido, pero no pronunció ni una sola palabra de queja. Como si fuera un cordero lo llevaron al matadero; como muda oveja ante sus trasquiladores, permaneció callado ante quienes lo condenaban. De la cárcel y del juicio se lo llevaron a la muerte. Pero ¿quién entre el pueblo de aquel tiempo se dio cuenta de que era por los pecados de ellos que él moría, que él sufría el castigo que a ellos correspondía? Lo sepultaron como a delincuente en la tumba de un rico, pero él no había hecho mal alguno, jamás pronunció una palabra perversa.”
‭‭Isaías‬ ‭53:3-9‬ ‭NBV‬‬

Ilustración 📃 Una amorosa madre salvó a su hijita de un tremendo incendio producido en su casa pero sufrió gravísimas quemaduras. La niña creció ignorando qué fue lo que originó las terribles cicatrices en las manos y en los brazos de su madre, y sintió vergüenza de ella cuando saludaba a alguien sin poder ocultar las cicatrices. La joven, llegó al punto de exigirle a su madre que siempre usara mangas largas y que se comprara guantes para usarlos en toda ocasión y así cubrir aquellas horribles manos de las que su hija sentía tanta vergüenza.

Un día, y por primera vez, la hija le preguntó a su madre cómo fue que sus manos quedaron tan deformadas. La madre le relató la historia de cómo había salvado con aquellas mismas manos la vida de su hijita. Al escuchar el relato, la hija rompió a llorar con lágrimas de asombro, gratitud y vergüenza. Comprendió cómo por su ignorancia había ofendido y rechazado a su madre durante tantos años. Con lágrimas corriendo por sus mejillas le dijo: "¡Oh, mamá, perdóname!!…perdóname!!…! ¡Tus manos son las más bellas del mundo! ¡Nunca más las escondas, pues desde ahora me sentiré orgullosa de ti!"

El creyente jamás se avergüenza de Jesús, pues “Cristo, por su propia voluntad se rebajó, y tomó la naturaleza de esclavo…Al hacerse hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte en la cruz! Por eso, Dios lo engrandeció al máximo y le dio un nombre que está por encima de todos los nombres, para que ante el nombre de Jesús todos se arrodillen, tanto en el cielo como en la tierra y debajo de la tierra, y para que toda lengua confiese que Jesucristo es El Señor, y le den la gloria a Dios Padre.” Filipenses‬ ‭2:7-11‬ ‭NBD‬‬.

Conclusión. La cruz y la sangre de Cristo parecen un tema desagradable para las personas que no entienden lo que significan; pero para nosotros los creyentes, son los elementos preciosos de nuestra salvación y vida eterna.

Bendiciones y feliz Viernes! 🤗

“Habla de Dios y de la Biblia, para que muchos otros puedan comprender mejor cuánto amó Dios al mundo, que envió a su único hijo Jesucristo a morir en la cruz para salvarnos”.

Anterior
Anterior

Proverbios 12:25

Siguiente
Siguiente

Gálatas 6:9