Predica de Cristo Y No De Ti Mismo
📖 “Es verdad que algunos anuncian a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con buena intención. Algunos anuncian a Cristo por amor,…pero otros lo hacen por interés personal, y no son sinceros, sino que quieren causarme más dificultades ahora que estoy preso. Pero ¿qué importa? De cualquier manera, con sinceridad o sin ella, anuncian a Cristo; y esto me causa alegría.” Filipenses 1:14 ss
Reflexión 🤔 No es raro escuchar “brillantes” predicadores que solo buscan la aprobación, y el reconocimiento de los hombres, y muchas veces recogen admiración, dinero y aplausos al predicar a Cristo. Ellos brillan pero hacen que Cristo pase desapercibido, y mientras todos admiran la elocuencia del ministro; ninguno se arrepiente para volverse a los caminos del evangelio.
Ilustración 📃Cierto individuo fue una vez a escuchar la predicación de Charles H. Spurgeon, a quien por su elocuencia, se le llamó “El Príncipe de los predicadores”, ya que impactaba a la audiencia hasta el arrepentimiento y la conversión. Cuando regresó a la casa de su amigo, con el cual estaba viviendo, éste le preguntó: —“¿Qué piensas acerca de la predicación de Spurgeon?” a lo que él contestó: —“Nada!”. Su amigo, al haber obtenido esta contestación se sorprendió, y le volvió a repetir la misma pregunta, recibiendo otra vez la misma respuesta: —“Yo no pienso nada acerca de Spurgeon”, y mientras se restregaba las lágrimas de sus ojos continuó diciendo, —“de Spurgeon no pienso nada; pero nunca podré olvidar a Jesucristo su Salvador a quien el nos presentó!”.
Juan el Bautista lo tenía muy claro: “Cristo ha de ir aumentando en importancia, y yo disminuyendo. »El que viene de arriba está sobre todos. El que es de la tierra es terrenal, y habla de las cosas de la tierra. Pero el que viene del cielo está sobre todos, pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente de su Espíritu.”
(San Juan 3:30 ss)
Y el Apóstol Pablo?…Cómo es que él predicaba?…él decía: “Hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice sin hacer alardes de retórica o de sabiduría. Y, estando entre ustedes, no quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo crucificado. Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo, y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios, para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.”
(1 Corintios 2:1-5)
Conclusión: “Para mí no es motivo de orgullo anunciar el evangelio, porque lo considero una obligación ineludible. ¡Y ay de mí si no lo anuncio! Por eso, si lo hiciera por propia iniciativa, tendría derecho a una recompensa; pero si lo hago por obligación, es porque estoy cumpliendo un encargo que Dios me ha dado. En este caso, mi recompensa es la satisfacción de anunciar el evangelio sin cobrar nada; es decir, sin hacer valer mi derecho a vivir del anuncio del evangelio.
Todo lo hago por el evangelio, para tener parte en el mismo.”
(1 Corintios 9:16 ss)
Así que: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación… Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos: es por fe, de principio a fin. Así lo dicen las Escrituras: «El justo por la fe vivirá.»”
(Romanos 1:16-17)
Bendiciones y feliz Viernes! 🤗
“Habla de Dios y del evangelio, que es lo único que trasforma vidas con el poder del Espíritu Santo; porque “si tú callas; gritarán las piedras.”