Salud Mental: Un Corazón Alegre es Buena Medicina
📖“Que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que los llama es fiel, y cumplirá todo esto.”
1 Tesalonicenses 5:23-24 DHH94I
Reflexión 🤔 Cristina M.H. Powell aseguró que: “La salud mental puede afectar la salud física y la salud espiritual. Por ejemplo, un agotamiento mental prolongado puede debilitar el sistema de inmunidad y rebajar la resistencia a la enfermedad. El agotamiento mental causa la liberación de adrenalina y de hidrocortisona, dos poderosas hormonas que aumentan la actitud de alerta y fomentan la energía. Esta respuesta de “lucha-o-huye” del agotamiento, es perfecta para responder al daño físico, preparando a las personas para luchar o para huir de una amenaza a la supervivencia. Sin embargo, cuando los constantes agotamientos de la vida ponen en acción esta respuesta, pueden comprometer la salud de uno. El agotamiento mental puede aumentar la presión sanguínea al constreñir el flujo sanguíneo en las arterias, lo que resulta en problemas cardiovasculares. La hidrocortisona aumenta el azúcar en la sangre, lo que es normal si uno debe huir del peligro. Sin embargo, los niveles crónicamente elevados de hidrocortisona pueden llevar a la resistencia a la insulina y a diabetes de tipo 2. Muchas personas que sufren de depresión tienen niveles elevados de hidrocortisona, imitando los efectos del agotamiento mental crónico. De este modo, la ciencia médica corrobora la verdad de Proverbios 17:22, “El corazón alegre constituye buen remedio; pero el espíritu triste seca los huesos”.
La salud mental de uno, puede también afectar negativamente a la salud espiritual. Por ejemplo, una mujer que sufre de agorafobia – temor del supermercado – puede ser incapaz de disfrutar los servicios de la iglesia. En un gran santuario puede experimentar ataques de pánico, o estar temerosa de sufrir ataques de pánico. Sin embargo, ella podría participar en la iglesia viendo los cultos por video en una pequeña habitación del mismo edificio. Se puede beneficiar de un sermón grabado o de un DVD del servicio, de tal modo que pueda verlo en casa. Un pastor sensible puede apoyar el crecimiento espiritual de ella durante el tiempo que demora el proceso de sanidad, proveyendo medios creativos para facilitar su participación en la vida de la iglesia.
La enfermedad mental es una desventaja, como una pierna quebrada. Aquellos con problemas de sufrimiento mental con frecuencia no hablan de su necesidad, por vergüenza o por temor de no ser comprendidos. Un personal de iglesia dispuesto a ser creativo puede marcar una diferencia que cambie la vida de la persona que sufre de enfermedad mental.
Otro desorden mental que puede interferir en la asistencia a la iglesia es el desorden obsesivo-compulsivo. Una persona con este desorden puede mantenerse mirando su banca al finalizar el servicio, para asegurarse de que no se le ha quedado nada. Una persona con este tipo de desorden se siente impotente para poner fin a tal tipo de compulsión, pero está agudamente consciente que esta conducta es anormal. Para evitar el agotamiento mental de tratar de vencer tal conducta ritual, como también al agotamiento de ser notado comportándose de manera extraña, una persona podría llegar al extremo de dejar de asistir a la iglesia. Un pastor que habla con una persona acerca de los desafíos de la enfermedad mental de tal persona, puede ser capaz de hallar una manera de integrarla a la vida de la iglesia. Tal vez una persona con desorden mental compulsivo, simplemente necesite sentarse en una banca de la parte de atrás, donde su conducta no atraería la atención no deseada. Hacer acomodaciones para las necesidades de las personas durante el proceso de sanidad, es esencial para ministrar a la persona de manera integral.
Un ejemplo final de una enfermedad mental que puede afectar negativamente la salud espiritual, es la depresión. La depresión puede llevar a sentimientos de fracaso espiritual. Las disciplinas espirituales, tales como oración y lectura de la Biblia, pueden ir por una senda lateral. Un pastor puede ayudar a la persona a apartarse de expectativas irreales y de pensamientos perfeccionistas, y a que abrace la meta alcanzable de un progreso gradual en la debida dirección. Tal vez volver a una hora de oración y de estudio de la Biblia por día, no sea posible, hasta que los síntomas físicos de depresión desaparezcan. Sin embargo, 10 minutos de oración al día en la mañana, y la lectura de un Salmo completo antes de acostarse, podría ser una meta alcanzable. La persona necesita poner su enfoque en recibir la gracia y el amor de Dios en su vida, aun entendiendo que su enfermedad mental pueda estar distorsionando su opinión acerca de Dios.
Un pastor puede ayudar a una persona a manejar en mejor forma el agotamiento mental que es dañino para su salud física y espiritual.
Conclusión. Ser capaz de manejar los niveles normales de agotamiento mental, mantener relaciones plenas, y poder retroceder de circunstancias difíciles, son todos ellos signos de una buena salud mental. Las Escrituras enseñan principios que conducen a una buena salud mental.
Bendiciones y feliz Viernes!…🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, porque todo lo que en ella aprendemos, es para producir en el creyente una salud integral. Jesús nos da la vida abundante tal y como Él lo prometió diciendo: “»El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
San Juan 10:10 DHH94I