Sin Distinción Ni Discriminación
📖 “Esto me dijo el SEÑOR: «Ve y habla directamente al rey de Judá. Dile: “Rey de Judá, tú que te sientas en el trono de David, escucha el mensaje del SEÑOR. Deja que tus ayudantes y tu pueblo también escuchen. Esto dice el SEÑOR: ‘Sean imparciales y justos. ¡Hagan lo que es correcto! Ayuden a quienes han sufrido robos; rescátenlos de sus opresores. ¡Abandonen sus malas acciones! No maltraten a los extranjeros, ni a los huérfanos ni a las viudas. ¡Dejen de matar al inocente!.. Jeremías 22:1 ss
si rehúsan prestar atención a esta advertencia, les juro por mi propio nombre, dice el SEÑOR, que este palacio se convertirá en un montón de escombros’”».”
Reflexión 🤔
Santiago dijo: “Supongamos que ustedes están reunidos, y llega un rico con anillos de oro y ropa lujosa, y lo atienden bien y le dicen: «Siéntate aquí, en un buen lugar», y al mismo tiempo llega un pobre vestido con ropa vieja, y a éste le dicen: «Tú quédate allá de pie, o siéntate en el suelo»; Ustedes, hermanos míos, que creen en nuestro glorioso Señor Jesucristo, no deben hacer discriminaciones entre una persona y otra, porque así estarán juzgando con mala intención.”
—Santiago 2:1-4
El apóstol Santiago pide no hacer ninguna discriminación entre la gente importante y el pobre que acude a una congregación cristiana, ya que Dios jamás hace distinción de personas, y sólo hará al final dos grupos: los que se arrepienten y aceptan a Jesús para salvación perpetua; y los no arrepentidos destinados a condenación. Esta será la única y eterna discriminación que Dios hará al final de los tiempos: “Pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda”. —Mateo 25:33
Ilustración 📃
El Reverendo Pedro Cartwright, valiente evangelista, fue invitado a predicar en una de las iglesias de la ciudad de Nashville, Tenessee. Cuando iba a comenzar su sermón, el pastor de esa iglesia le dijo al oído y en voz muy baja: “Acaba de entrar el señor presidente Andrés Jackson: Tenga cuidado de no decir algo que lo ofenda.” Después de oír esa discreta advertencia, Cartwright, sin impresionarse ni mostrar temor alguno, con gran serenidad comenzó su sermón de esta manera: “Me acaba de comunicar vuestro pastor, que el señor Presidente de los Estados Unidos, Andrés Jackson, está en la congregación, y que debo tener cuidado con lo que hable yo para no ofenderlo; pero yo digo esto: Si Andrés Jackson no se arrepiente de sus pecados y no cree en el Señor Jesucristo, Dios condenará su alma de la misma manera que condenará la de un negro de Guinea.” Se dice que desde aquel día el señor Jackson fue un buen amigo de aquel evangelista.
Pablo el apóstol, vivió casos similares cuando delante del Rey dijo:
“Rey Agripa, ¿cree usted en los profetas? Yo estoy seguro de que sí. Agripa le dijo: ―Casi me convences a hacerme cristiano. Pablo le respondió: ―Le pido a Dios que, sea en poco o en mucho tiempo, usted y todos los que hoy me están escuchando sean como yo.”
—Hechos 26:27 ss
Hablar con tal autoridad, le es dado solo a los verdaderos siervos de Dios que no buscan agradar a los demás sino sólo a Él, aunque en ello les vaya la propia vida como a Juan el Bautista, quien por confrontar al rey Herodes, diciéndole públicamente que no podía tener como suya a la mujer de su hermano fue decapitado.
Conclusión: El valor de los convencidos de las escrituras, que caminan siempre con Jesús, cuestiona, molesta y hasta asombra al pecador; por eso:
“Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veían que eran hombres comunes sin ninguna preparación especial en las Escrituras. También los identificaron como hombres que habían estado con Jesús.”
—Hechos 4:13
Eres capaz de confrontar al perdido para intentar llevarlo a Cristo, sin que te detenga lo importante que él sea o que él se crea?
Bendiciones y feliz Sábado!…🤗
“Habla de Dios y de la biblia, y convéncete al igual que el apóstol Pedro, cuando dijo: “—Ahora entiendo que de veras Dios no hace diferencia entre una persona y otra, sino que en cualquier nación acepta a los que lo reverencian y hacen lo bueno.”
—Hechos 10:34-35 DHHDK