Una Hermosa Casa, Pero Despreciada

📖“«No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.”

San Juan‬ ‭14:1-3‬ ‭| DHHDK‬‬

Reflexión 🤔 Definitivamente vivir en este mundo y bajo estas condiciones, no es lo mejor para quienes somos hijos de Dios.

Los hijos anhelan estar junto a sus padres, en moradas dignas, y en un ambiente confortable donde puedan transcurrir los días bajo alegría, seguridad y paz.

Nuestro Padre del cielo desea que vivamos así, y desde ahora nos ofrece cosas muy buenas, tesoros espirituales que establecen una verdadera calidad de vida en este tiempo, y después la vida eterna. No despreciemos sus dones.

Ilustración 📖 “Todos los días al dirigirme a mi trabajo veía aquel perro sarnoso, en el patio de una casa cercana. Tenía el pelaje sucio y lleno de nudos. Me daba lástima.
Estaba encadenado a una estaca, de manera que podía correr en un gran círculo donde el césped había desaparecido y sólo había suciedad.

En los días de lluvia el patio se convertía en un enorme lodazal en el que se sentaba, de modo que el barro le llegaba hasta las ancas. Si el día era caluroso, el perro no estaba mejor, ya que no tenía ningún refugio para resguardarse del calor.
Como se acercaba el invierno tenía la esperanza de que sus dueños le comprarían una caseta. Pero no lo hicieron. Decidí que se la compraría yo. El domingo siguiente encontré una en un mercadillo de segunda mano. Era encantadora, parecía un iglú. Y me la llevé a casa.
Al día siguiente pasé a la casa donde estaba el perro y le dije al dueño que le había comprado una casita al animal pensando que le sería útil. El hombre la aceptó gustosamente y la colocó en el patio.
Cada mañana, cuando pasaba, mantenía la esperanza de ver al perro descansando dentro de la caseta. Pero siempre yacía en el polvo, y cuando llegó el invierno se mantenía echado sobre el lodo. Pasó un año desde que le compré la caseta que estaba en una esquina del patio ofreciéndole refugio y alivio, pero aquel perro nunca le hizo caso alguno. Me sentí muy triste al ver aquello.
Creo que puedo imaginarme, al menos solo un poco, de cómo se siente Dios cuando nos ve viviendo aquí en la tierra. Mira nuestra condición miserable y se ofrece así mismo como refugio y consuelo. Pero muchas veces no queremos su protección. Preferimos las emociones vanas, y la diversión efímera. Vivimos para nosotros mismos, cuando vivir para Dios nos traería mucha más felicidad y satisfacción.

Demasiado a menudo, las personas pasan por la vida sin hacer caso de Dios. Lo ven como el último recurso. Estoy seguro de que Dios se siente feliz cuando finalmente llegamos a conocerlo. Aunque habría sido mucho mejor, si lo hubiésemos encontrado cuando éramos jóvenes. Podríamos haber disfrutado de las ventajas de conocerlo, en lugar de vivir en el lodo.

📖”Tú, Señor, eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege”.

2 Samuel 22: 2-3

Bendiciones y feliz Viernes!…🤗

“Habla de Dios y de la biblia, y cuéntales a todos acerca de lo que Jesús fue a prepararnos a los que le amamos y buscamos obedecerlo. No vivamos más en el lodo del pecado, y decidámonos a entrar en la hermosa casa prometida”.

Sintoniza nuestra radio cristiana y disfruta nuestra programación de
valores en el 93.5 de FM, o por el internet.

Anterior
Anterior

Naciste Para Volar

Siguiente
Siguiente

Amigos Verdaderos