Estás dando Frutos?
📖»“Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia y nunca deja de dar fruto.” Jeremías 17:7-8
Reflexión 🤔El fruto es el resultado directo de lo que controla nuestro corazón y se manifiesta claramente en nuestra conducta. El fruto en la vida de quienes no se han rendido a Jesús, se compone de: “inmoralidades sexuales, cosas impuras y vicios, adoran ídolos y practican la brujería. Mantienen odios, discordias y celos, son envidiosos, borrachos, etc. y los que así se portan no irán al Cielo”
Gálatas 5:19-21
En cambio en la vida de quienes se dejan guiar por Jesús, “el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Y no hay ley que condene estas cosas”. Gal. 5:22-23
“Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el Viñador. Toda rama que en mí no da fruto la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.” Juan 15:1-2. Dios Padre es el viñador y desea que seamos fructíferos. Jesús dijo: "»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” Jn. 15:5
Al igual que las ramas se aferran a la vid, nosotros nos aferramos a Cristo, extrayendo de Él nuestra propia vida. El objetivo es dar "mucho fruto", ya que Cristo nos utiliza para obtener resultados benditos y celestiales en un mundo roto y caído.
Cuando nos hemos comprometido con Cristo y vivimos para agradarle, el resultado natural son elecciones de conducta que se parecen a las Suyas. Él fue claro al afirmar que los verdaderos seguidores de Cristo serán fácilmente reconocidos por sus frutos: "¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? “Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones.” San Mateo 7:17-20
Los cristianos pueden ser fructíferos de muchas maneras. El verdadero fruto comienza en el corazón, con el fruto del Espíritu. Ese fruto interior afecta a las acciones exteriores; nuestras palabras y nuestras actividades glorificarán al Señor, y se cumplirá la voluntad de Dios. El deseo de Dios es transformarnos a imagen de Cristo y hacernos tan fructíferos como Él.
“El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan. Por eso, la semilla no llega a dar fruto.” Mt. 13:22
Conclusión: El resultado del fruto espiritual es una triple secuencia: Dios es glorificado, nosotros crecemos, y otros llegan también a conocer a Cristo, este es el mayor fruto para un hijo de Dios como lo dice Mt. 5:16 “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.”
Porque “Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.”Jn. 15:8
Oración 🙏 Señor, tu Palabra nos dice “Que los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, piensan en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” Rom. 8:5-6
Ahora entiendo y experimento la lucha entre la carne y el espíritu y por eso clamo a ti por ayuda, para vivir el resto de mi vida obedeciéndote para agradarte. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén!
Bendiciones y feliz Domingo!…🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, recordando siempre lo que dijo nuestro Señor Jesucristo: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den mucho fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre”. Jn. 15:16
Por favor contribuye a que la vida en nuestra sociedad sea mejor, conociendo, viviendo y compartiendo esta reflexión que nos conecta con el evangelio.