Haz visto Su Salvación en tí?
📖«"Y cuando se cumplieron los días para que, según la ley de Moisés, ellos fueran purificados, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo ante el Señor y cumplir con lo que está escrito en la ley del Señor: «Todo primer hijo varón será consagrado al Señor», Simón fue al templo, guiado por el Espíritu. Y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron al templo para cumplir con lo establecido por la ley, él tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras: «Señor, ahora despides a este siervo tuyo, y lo despides en paz, de acuerdo a tu palabra. Mis ojos han visto ya tu salvación,” San Lucas 2:22 ss
Reflexión 🤔Simeón era un hombre justo y piadoso que, guiado por el Espíritu Santo, encarnó la esperanza y la expectación del pueblo de Israel. Su encuentro con el niño Jesús en el Templo es un momento de profunda revelación y cumplimiento profético que Simeón esperó con paciencia, hasta el reconocimiento de la salvación de Dios y la realidad del inicio del camino cristiano en el mundo.
La vida de Simeón nos enseña sobre la virtud de la espera activa marcada por la justicia, la piedad y la guía constante del Espíritu Santo, que le había prometido que vería al Mesías antes de morir. Este pasaje resuena con la promesa de que aquellos que buscan fervientemente a Dios verán Su salvación.
Simeón exclamó: "Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación" Lucas 2:29-30 (RVR60)
Estas palabras son un canto de liberación y paz. Simeón puede morir en paz porque ha visto con sus propios ojos la materialización de la promesa divina. Su testimonio nos desafía a preguntarnos: ¿hemos reconocido la salvación de Dios en nuestras propias vidas? La paz genuina solo se encuentra cuando nuestros ojos espirituales, como los de Simeón, logran ver al Salvador cambiando nuestras vidas. Es un recordatorio de que el propósito de nuestra fe es llevarnos a un encuentro personal con Cristo, el cual nos concede una paz que trasciende toda circunstancia.
La profecía de Simeón destaca el alcance universal de la salvación de Jesús. Él no es solo para Israel, sino una luz que ilumina a todas las naciones. Esto nos enseña que el mensaje del Evangelio no tiene fronteras y que nuestra misión como creyentes es reflejar esa luz a un mundo que está sumido en la oscuridad espiritual. La "gloria de Israel" se manifiesta en que la salvación proviene de Dios a través de Su pueblo elegido, pero su resplandor es para toda la humanidad.
"... “Entonces Simeón les dio su bendición, y dijo a María, la madre de Jesús: —Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan o se levanten. Él será una señal que muchos rechazarán,” San Lucas 2:34 DHHDK
Este versículo es un recordatorio de que la presencia de Jesús no es neutral; requiere una decisión. Él es un "signo de contradicción". Su vida y enseñanzas dividen opiniones y exigen un posicionamiento. La "espada que traspasará el alma" de María simboliza el inmenso dolor y sufrimiento que acompañarían el camino de Cristo y, por ende, el de Su madre. Esta profecía nos advierte que seguir a Jesús implica sacrificio y, a veces dolor, pero también la revelación de la verdadera condición de nuestros corazones y los de los demás.
En resumen, la historia de Simeón es una poderosa meditación sobre la fe paciente, el cumplimiento de las promesas de Dios y la naturaleza transformadora y a la vez conflictiva de la vida con Cristo. Nos invita a vivir con expectación y a abrazar la salvación con un corazón dispuesto a ser moldeado por Su luz y Su verdad.
Oración: 🙏 Gracias Señor porque he visto tu salvación en mí. Cuando tu Santo Espíritu me hizo ver mi miserable condición de pecaminosidad, me detesté a mi mismo y clamé a Tí y tú me haz transformado. Ahora tambien yo puedo ya morir confiadamente en que: “no hay ninguna condenación para el que está en Cristo”
Bendiciones y Feliz Lunes!..🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, y dile a todos, que Cristo, el Salvador del mundo, está llamando a la puerta de cada corazón, y cambiará la vida de quien lo reciba.
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