Los Cánticos de Ana y de María
📖“María dijo: «Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. ¡Santo es su nombre! Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian. Actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y no se olvidó de tratarlo con misericordia. Así lo había prometido a nuestros antepasados, a Abraham y a sus futuros descendientes.»”
San Lucas 1:46-55 DHHDK
Reflexión 🤔El canto de gratitud conocido como el Magnificat, es el primer suspiro de la fe, es el primer himno cristiano del evangelio de la gracia. En ese canto María sigue el modelo de Ana, que hizo al nacer Samuel, el gran profeta y reformador espiritual de Israel. Su canto es de humilde gratitud, “porque ha mirado la humildad de su sierva”, como sucede con todo aquel que reconoce su condición y la grandeza del Salvador y dador de inmerecidos favores.
Examinemos 10 de sus expresiones a fin de comprenderlas mejor, ya que
esa oración es un:
1. Cántico de alabanza. “Engrandece mi alma al Señor.”
2. Cántico de alegría. “Mi espíritu se regocija en Dios.”
3. Cántico al Mesías Salvador nuestro. “Mi Salvador.”
4. Cántico de humildad. “Ha mirado la humildad de su sierva.”
5. Cántico de bienaventuranza. “Me llamarán bienaventurada.”
6. Cántico de poder. “Me ha hecho grandes cosas el todopoderoso.”
7. Cántico de santidad. “Santo es su nombre.”
8. Cántico de misericordia infinita. “Su misericordia es de generación en generación.”
9. Cántico de justicia. “Hizo valentía con su brazo.”
10. Cántico de cumplimiento. “Tal como habló a nuestros padres...”
María expresó su alegría y el regocijo de su espíritu en Dios, su Salvador.
Declara que Dios ha hecho grandes cosas en ella y que su nombre es santo. Reconoce la mirada de Dios sobre la humilde condición de su sierva y afirma que todas las generaciones la tendrán por bienaventurada.
María menciona que Dios ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones y ha exaltado a los humildes. Asevera que Dios ha llenado de bienes a los hambrientos y ha despedido a los ricos con las manos vacías. Menciona que Dios ha cumplido las promesas hechas a los padres, Abraham y su descendencia, para siempre.
Veamos ahora el cántico de Ana.
📖“Ana oró de esta manera: «Señor, yo me alegro en ti de corazón porque tú me das nuevas fuerzas. Puedo hablar contra mis enemigos porque tú me has ayudado. ¡Estoy alegre! ¡Nadie es santo como tú, Señor! ¡Nadie protege como tú, Dios nuestro! ¡Nadie hay fuera de ti! Que nadie hable con orgullo, que nadie se jacte demasiado, porque el Señor es el Dios que todo lo sabe, y él pesa y juzga lo que hace el hombre. Él destruye los arcos de los poderosos, y reviste de poder a los débiles; los que antes tenían de sobra, ahora se alquilan por un pedazo de pan; pero los que tenían hambre, ahora ya no la tienen. La mujer que no podía tener hijos, ha dado a luz siete veces; pero la que tenía muchos hijos, ahora está completamente marchita. El Señor quita la vida y la da; nos hace bajar al sepulcro y de él nos hace subir. El Señor nos hace pobres o ricos; nos hace caer y nos levanta. Dios levanta del suelo al pobre y saca del basurero al mendigo, para sentarlo entre grandes hombres y hacerle ocupar un lugar de honor; porque el Señor es el dueño de las bases de la tierra, y sobre ellas colocó el mundo. Él cuida los pasos de sus fieles, pero los malvados mueren en la oscuridad, porque nadie triunfa por la fuerza.” 1 Samuel 2:1-9
Ana expresó su agradecimiento a Dios por la bendición de su hijo Samuel. Reconoció a Dios como su roca, su fortaleza y el lugar seguro de donde rescató a su hijo. Expresó que Dios derriba a los poderosos y eleva a los débiles.
Afirma que Dios libra a los que están en la angustia y a los que tienen hambre.
Menciona que Dios cumple sus promesas y hace maravillas.
En resumen, tanto el canto de María como el de Ana, son expresiones personales de agradecimiento a Dios por su grandeza y su misericordia, especialmente hacia los humildes y necesitados, y por su poder para derrocar a los orgullosos y exaltar a los pequeños.
Ambos son una excelente oración, que podemos usar en nuestra propia y actual condición personal, ya que también hemos sido beneficiados y rescatados por Jesucristo.
Comprobamos en ellos, la vigencia de su contenido para todo corazón que está lleno de una verdadera fe en el poderoso Dios de Israel.
Leámoslos entonces con más frecuencia, y oremos con ellos tal como lo hacemos con los Salmos.
Conclusión. Y si quisieras tú cantarle ahora mismo al único Dios grande y verdadero, creador del cielo y de la tierra, qué le dirías en tu canción? Haz intentado orar cantando de manera espontánea? Porqué no lo intentas ahora?
Bendiciones y feliz Sábado!...🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, porque “teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos ya a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que tanto nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona.”
Hebreos 12:1-2 DHHDK
Por favor contribuye a que la vida en nuestra sociedad sea mejor, conociendo, viviendo y compartiendo esta reflexión que nos conecta con el evangelio.