Pregunta Crucial: Pecan los Cristianos?
📖"»“Ustedes ya saben que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados, y que él no tiene pecado alguno. Así pues, todo el que permanece unido a él, no sigue pecando; pero todo el que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios.”
1 Juan 3:5-9 DHH94PC
Reflexión 🤔Un "cristiano" es aquel que sigue a Cristo, que es un discípulo de Jesús. Un cristiano NO es alguien que se ha sumado a un conjunto particular de creencias o prácticas religiosas, o que se ha unido a una iglesia, o ha hecho una oración o ha participado en ciertos sacramentos o rituales. NO! Un cristiano es una persona que ha respondido a la convicción del Espíritu Santo poniendo toda su fe en la obra consumada de Cristo para la salvación, y Jesús mismo dijo que: “Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.” Jn. 6:44 Esto implica que son pocos los verdaderos cristianos entregados a Cristo por el Padre, y muchos los que creerán que lo son, aunque ellos saben bien que no tienen ningún compromiso ni deseos de seguir a Cristo ni obedecer sus Mandamientos. “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios” Efesios 2:8
Y es que los cristianos son sólo aquellos que se han arrepentido de sus pecados y han hecho de Jesús el Señor de su vida. Son los que “confiesan con su boca que Jesús es el Señor y creen en su corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, y en consecuencia son salvos.” Rom. 10:9-10
Cristianos son los que obedecen a lo que Pedro dijo: “Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.” Hech. 2:38
Son los que Nacen de nuevo por el poder del Espíritu Santo como lo dice Jn. 3:6-7 “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.” Ante estas definiciones, la mayoría de los que se dicen “cristianos” quedan descartados hasta que demuestren evidentemente con una pasión y un compromiso visibles, que Dios los ha tocado y entregado en los brazos de Cristo.
Ahora abordemos el concepto del pecado. «El pecado» es cualquier pensamiento, palabra o acción que sea contraria al carácter o a la ley de Dios. Todos pecamos “por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios” Rom. 3:23
Incluso lo que consideramos nuestras buenas acciones, a menudo están contaminadas por motivos egoístas y orgullo porque: “todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.”Isaías 64:6
Por nosotros mismos, es imposible agradar a Dios o estar completamente libres de pecado, pues “como está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno” Rom. 3:10
Cuando acudimos a Cristo por fe y confiamos en que Él nos perdonará y nos limpiará de todos nuestros pecados, es en ese preciso momento que nacemos de nuevo. Jesús le contestó: “En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.” Jn. 3:3
Ese nuevo nacimiento del espíritu da como resultado una nueva creación, nos hace nuevas personas. “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” 2 Cor. 5:17
Dios da al pecador arrepentido un nuevo corazón que ahora busca obedecerle y agradarle a Él y no a sí mismo “Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.” Rom. 8:5-6
Mientras que antes éramos esclavos del pecado, ahora somos "esclavos de la justicia". El control del pecado ha sido quebrantado por el poder de Jesús, y “Sabemos esto: que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado” Rom. 6:6
“Cristo se entregó a la muerte por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.” Tito 2:14
Sin embargo, todavía vivimos en la carne, y la carne es propensa a obtener lo que quiere.
Pablo admite la batalla entre la carne y el espíritu en su propia vida: "Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios, pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros". Rom. 7:21-23
Cada batalla con la tentación se gana o se pierde en función de cuán completamente nos rendimos al control del Espíritu Santo “Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.” Gal.5:16-17
El libro de 1 Juan fue escrito para los cristianos. El apóstol dice: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad" 1 Jn. 1:8-9
De este pasaje se desprende claramente que incluso aquellos que han nacido de nuevo y han sido redimidos por la sangre de Jesús seguirán pecando. A través del pensamiento, la actitud o la acción, a veces «entristeceremos» y «apagaremos» al Espíritu Santo contrariando lo que dice la Biblia: “Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”Efe 4:30
Pero este pasaje también nos asegura que Dios ofrece gracia continua y permanente, siempre que estemos de acuerdo con Él sobre nuestro pecado y le pidamos que nos limpie.
Ahora bien, otros pasajes aclaran los límites de este océano de gracia. Primera de Juan 3:6 (NBLA) dice: "Todo el que permanece en Él, no peca. Todo el que peca, ni lo ha visto ni lo ha conocido". El versículo 9 dice que los que han "nacido de Dios" no seguirán viviendo en pecado. La implicación es que no se trata de esforzarse más. Más bien, es el equivalente a decir: "Un pez no puede permanecer en tierra por mucho tiempo porque su naturaleza es buscar el agua". Un pez podría caer en la orilla y sobrevivir por un corto tiempo. Pero no fue hecho para la tierra y no puede continuar allí. Cuando nacemos de nuevo, nuestra naturaleza cambia y no podemos continuar en el pecado. Cristo no solo borra nuestro pecado pasado; también transforma nuestros corazones para que ya no lo deseemos “Y cuando ustedes estaban muertos en (por causa de) sus delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con Cristo, habiéndonos perdonado todos los delitos”
Col. 2:13-14
Pablo en Rom. 6:1-2 preguntó: "¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?"
Aunque los cristianos seguirán pecando después de ser salvos, el cambio de corazón que trae el Espíritu Santo dará lugar a una nueva actitud hacia el pecado. El pecado no puede seguir siendo una opción de nuestro estilo de vida si es que deveras hemos entregado nuestras vidas a Jesús. Eso es lo que significa decir que Jesús es el Señor “que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo” Rom. 10:9
Tenemos entonces ahora un nuevo Jefe y Señor. Ya No podemos ser seguidores de Cristo y seguidores del pecado al mismo tiempo. Van en direcciones opuestas “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” Rom. 12:2
La renovación puede llevar algún tiempo, pero es un proceso que produce un cambio de comportamiento.
Pero si alguno que se profesa “cristiano” puede elegir un estilo de vida de pecado sin experimentar suficiente disciplina y sufrimiento para llevarlo al arrepentimiento, entonces, es muy poco probable que esa persona sea un hijo de Dios.
Conclusión. ¿Pecan los cristianos? Sí. ¿Continúan voluntariamente en el pecado? No!
Las Escrituras indican que, aunque nunca alcancemos "la gloria de Dios" Rom. 3:23
Sí tenemos la esperanza y la seguridad de que el poder de Dios está obrando en nosotros para hacernos "más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen"
2 Cor. 3:18 dice: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
Oración 🙏 Señor, qué hermoso es saber que cuando un verdadero hijo de Dios se desvía, Tú, nuestro Padre amoroso, administras disciplina para traernos de vuelta a la obediencia. Gracias Padre amado por no dejarnos perder. En el nombre de Jesús, amén!
Bendiciones y feliz Domingo!…🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, que dice: "Es para su corrección que sufren. Dios los trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos y no hijos verdaderos".
Por favor contribuye a que la vida en nuestra sociedad sea mejor, conociendo, viviendo y compartiendo esta reflexión que nos conecta con el evangelio.