El Camino al Cielo
📖“Juan salió por toda la región del Jordán anunciando a todos que era necesario que se bautizaran y se arrepintieran, y sus pecados serían perdonados.
Juan se dirigió a una multitud que vino a él para bautizarse. “¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que escaparan del juicio venidero?” les preguntó. “¡Demuestren que están realmente arrepentidos! No traten de justificarse diciendo: ‘Somos los descendientes de Abraham” Les digo que Dios puede crear hijos de Abraham hasta de estas piedras. El hacha está lista para comenzar a cortar los árboles desde su base. Cualquier árbol que no produzca buen fruto será cortado y lanzado al fuego.” Lucas 3:3, 7-9 VBL
Reflexión 🤔2 Pedro 3:9 nos dice que “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
El arrepentimiento y el perdón van de la mano, Dios siempre está dispuesto a perdonarnos cuantas veces se lo pidamos; sin embargo hay que tener presente lo siguiente: que es necesario que cada vez que pidamos perdón lo hagamos por causa de un genuino arrepentimiento de nuestros malos actos.
Muchos de nosotros quizás estemos acostumbrados a pedir perdón como algo automatizado, y sin un verdadero arrepentimiento, sin tener tampoco presente, que el verdadero arrepentimiento debe producir un cambio de rumbo, un cambio de vida y de parecer, para no volver nunca a hacer aquello que realizábamos en el pasado. Sí, es cierto que Dios nos perdona, pero lo hace sólo si estamos genuinamente arrepentidos, y no cuando lo hacemos de manera religiosa o por simple automatización de nuestras palabras.
En varios de los versos anteriores, pudimos ver que hay que arrepentirse para recibir el perdón de nuestros pecados, o sea, que hay que estar convencidos de que por lo malo que hicimos, quedamos fuera de la gracia de Dios por haber pecado, y por lo tanto debemos buscar genuinamente volvernos a Él.
Ilustración 📃En Dumfrieshire (Escocia), había una torre llamada “La Torre del Arrepentimiento”. En cierta ocasión un barón inglés, al caminar cerca de ese castillo, vio a un pastorcito que estaba tendido sobre el césped leyendo atentamente la Biblia.
—¿Qué estas leyendo, muchacho? — preguntó el transeúnte. —La Biblia, señor— respondió el niño.
—¡La Biblia¡ Entonces tú debes ser más sabio que el cura párroco. Le dijo en tono de burla. -¿Puedes decirme cuál es el camino para ir al cielo?
En seguida el pastorcito, sin desconcertarse por el acento de mofa de aquel hombre, le contestó :
—“Sí señor, sí puedo: usted debe tomar el camino hacia aquella torre”, señalándole con su mano la torre del arrepentimiento.
El varón se dio cuenta entonces, de que el niño había aprendido muy bien la lección de su biblia, y después de pronunciar una insolencia contra el muchacho, con notoria molestia prosiguió su camino.
”Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor”Hechos 3:19 NVI
Conclusión: ¿Ya has estado tu en “La Torre del arrepentimiento”? Si no... pues ya sabes: debes entrar en ella si deseas ir al cielo.
El verdadero arrepentimiento nos alcanza el perdón, porque ”El Señor su Dios es compasivo y misericordioso. Si ustedes se vuelven a él, jamás los abandonará”. 2 Crónicas 30:9 NVI
Bendiciones y feliz Jueves!...🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, porque ese libro sagrado nos señala a Jesús como el único camino para llegar al cielo, tal como Él mismo lo dijo en Juan 14:6 “Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; y ninguno irá al Padre si no es por Mí“
Por favor contribuye a que la vida en nuestra sociedad sea mejor, conociendo, viviendo y compartiendo esta reflexión que nos conecta con el evangelio.