Libres De Las Cadenas
📖 “No se dejen dominar por el pecado, ya que no están bajo el yugo de la ley, sino bajo la acción de la gracia.” Romanos 6:14
Reflexión 🤔 “Cómo ha llegado usted hasta esto?” —preguntó el juez. —“Un día me regalaron un “churro” de mariguana, luego me aventuré en el alcohol y me volví adicto, después fui consumiendo otras sustancias más “gruesas” y comencé a robar para comprarlas, algún tiempo después todo se salió de control. Perdí a mi familia y sobretodo el sentido de mi vida, y ahora estoy controlado por “algo” más fuerte que yo, —respondió aquel delincuente después de cometer un brutal delito. Y es que donde se deja entrar el pecado que suplica, se queda para siempre como un tirano que oprime, domina y controla.
Ilustración 📃 Una leyenda árabe narra que cierta fría noche, un beduino que acampaba en el desierto, fue sorprendido por su camello que metió la cabeza por la entrada de la tienda en que estaba durmiendo para decirle: —“Amo, afuera hace mucho frío, permítame meter tan sólo las narices para calentarme un poquito.” El árabe le dio permiso de hacerlo así; pero poco a poco, pronto el camello había metido ya todo su cuerpo, lo cual no era muy agradable al árabe, quien le dijo al camello que su tienda era muy chica para los dos. Entonces el camello respondió —“Si tú estás incómodo puedes salirte; yo, por mi parte, voy a quedarme aquí donde estoy.”
Los pecados, a manera de ese camello, sólo quieren un lugarcito en el corazón humano, y cuando se les concede, se meten y ocupan todo el corazón, después no quieren salir y dicen: “Aquí nos quedamos, suceda lo que suceda; no saldremos para nada”.
La mayoría de nosotros estamos conscientes de que ciertas situaciones, hábitos o personas, pueden ser una amenaza para nuestra salud física o integridad moral y espiritual. Actúan de forma insidiosa y establecen estrategias definidas para infiltrarse en nuestras vidas. Se cuelan engañosamente para alcanzar sus metas y apoderarse de forma paulatina de nuestro ser para destruirlo.
Estos son los vicios y los malos amigos; la publicidad que a través de los medios de comunicación, incitan al consumo de sustancias y alimentos que dañan el cuerpo o enseñan patrones de conducta equivocados, como el deseo de una belleza inalcanzable que termina en la bulimia, o la anorexia, y ponen en peligro la salud y la vida, el sexo ilícito, las drogas y el alcohol, el deseo de enriquecerse fácilmente, o la búsqueda de libertad sin límites.
Estos son solo unos pocos de los muchos enemigos que se revisten de amistad, para apoderarse completamente de nuestra tienda y luego echarnos de ella. Es decir, se apoderan de la voluntad para hacer de la persona un guiñapo humano, carente de principios y de valores, sin metas ni sentido.
Quien ha cedido al primer sorbo de licor, a la primera experiencia con una sustancia ilícita, o se ha dejado manejar para cometer una pequeña fechoría invitado por quien se muestra amable, aunque sabe que eso no es correcto, y que esos pequeños actos, lo llevarán paulatinamente a acciones más atrevidas, hasta verse tan involucrado en el mal, que no podrá salir fácilmente de él.
Muchos verán destruidas sus vidas por hábitos malignos que los controlarán completamente.
La solución a esto es decirle “¡NO!” al camello en cuanto asome la nariz.
Así que creyendo en Cristo podemos estar firmes en la libertad que Él nos ha dado.“Jesús le dijo a la gente que creyó en él: —Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. —Nosotros somos descendientes de Abraham —le respondieron—, nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Qué quieres decir con “los hará libres”? Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Un esclavo no es un miembro permanente de la familia, pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.” —Juan 8:31-36
Bendiciones y feliz Viernes!…🤗
“Habla de Dios y de la biblia, y no aceptes las artimañas del maligno que sutilmente nos engaña para encadenarnos al pecado y llevarnos a la perdición eterna; más bien estemos firmes en la libertad y salvación que Cristo nos consiguió con su muerte en la cruz”