Una Nueva Criatura
🌟 2 Corintios 5:17
📖 “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!”
Reflexión 🤔 Cuando los que nos conocieron antes de ser trasformados por
Cristo, nos escuchan ahora hablar del evangelio, tendrán una de estas dos opciones: Se pueden animar a buscar su propio cambio, o enojarse y hablar mal de nosotros. A quienes les suceda el primer caso, será debido a que el Espíritu Santo ha tocado sus corazones; mientras que en el segundo, sucederá lo que afirma el apóstol Pedro: “Como por mucho tiempo ustedes vivieron haciendo lo mismo que hacen los que no creen en Dios, pues tenían vicios y malos deseos, se emborrachaban, participaban en fiestas escandalosas y, lo más terrible de todo, adoraban ídolos, y ahora, como ustedes ya no se juntan con ellos, ahora ellos hablan mal de ustedes.” (1 Pedro 4:3)
Ilustración 📃 Un intelectual que se jactaba de muy sabio, durante una conferencia que él impartía a un grupo grande de personas que lo admiraban y escuchaban con atención, siendo un ateo consumado, estaba tratando de ridiculizar el relato bíblico de la creación del hombre. Comenzó a hablar con desprecio y en forma blasfema de Dios, diciendo en tono burlón que era sólo una fábula el que “Dios haya tomado un pedazo de barro en sus manos, soplado sobre él y hacer un hombrecillo”. Cuando dijo esto, algunos de sus admiradores lo apoyaron con sonoras carcajadas, pero en el auditorio había un hombre que había comprobado muy bien en su propia persona, la misericordia y la gracia salvadora de Dios para con el, pues le había trasformado completamente toda su mala vida antigua. Se levantó y valientemente le dijo: “Señor, yo no voy a discutir la creación con usted, pero le diré algo: En este pueblo, Dios se inclinó y levantó el pedazo de barro más sucio de toda la comarca. Sopló sobre él su Espíritu, y sorprendentemente fue creado un nuevo hombre; fue cambiado un hombre malvado por un nuevo hombre que odia sus pecados pasados, y ama al Dios que lo salvó. Y yo, señor, soy aquel pedazo de barro”.
Dicho esto, el hombre se sentó nuevamente, pero la concurrencia entera quedó sumida en un profundo silencio, impresionada por el testimonio de aquel humilde hombre en quien todos efectivamente habían observado en su vida un cambio milagroso e inexplicable. Sobra decir, que el ateo conferencista, habiendo escuchado aquel conmovedor discurso, no tuvo más que terminar antes de lo planeado su conferencia, sin obtener los aplausos anhelados.
De manera semejante, en Israel, algunos buscaron menospreciar el poder sanador y transformador de Cristo cuando Él obraba milagros como cuando le devolvió la vista al ciego según lo narra Juan 9:24 que
dice que..“Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le dijeron: —¡Da gloria a Dios! A nosotros nos consta que ese hombre es pecador. —Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo. Pero ellos le insistieron: —¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? —Ya les dije y no me hicieron caso. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿Es que también ustedes quieren hacerse sus discípulos? Entonces lo insultaron y le dijeron: —¡Discípulo de ese lo serás tú! ¡Nosotros somos discípulos de Moisés! Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero de este no sabemos ni de dónde salió. —¡Allí está lo sorprendente! —respondió el hombre—: que ustedes no sepan de dónde salió, y que a mí me haya abierto los ojos.”
Esta narración del evangelio nos muestra a uno que antes era ciego y ahora veía; frente a otros que dicen que veían, pero que en realidad estaban totalmente ciegos, pues frente a ellos pasó muchas veces Jesucristo Dios, y no lo vieron ni lo reconocieron como tal.
“Algunos fariseos que estaban con él, al oír esto, le preguntaron: —¿Acaso nosotros también somos ciegos? Jesús les contestó: —Si ustedes fueran ciegos, no tendrían culpa de sus pecados. Pero como dicen que ven, son culpables.”
(San Juan 9:40)
“Los que tienen oídos, que oigan.»
“La mente de este pueblo está entorpecida, tienen tapados los oídos y han cerrado sus ojos, para no ver ni oír, para no entender ni volverse a mí, para que yo no los sane.” »Pero dichosos ustedes, porque tienen ojos que ven y oídos que oyen.”
(San Mateo 13:9 ss)
Bendiciones y feliz Sábado! 🤗
“Habla de Dios y de la biblia, y asegurémonos de tener ojos espirituales que vean, oídos que escuchen y un corazón que verdaderamente entienda cuál es la voluntad de Dios”