Valiente o Cobarde?

📖“Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, preso suyo. Al contrario, participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,”
‭‭2 Timoteo‬ ‭1‬:‭7‬-‭8‬ ‭RVC‬‬

Reflexión 🤔 En el libro de Apocalipsis encontramos una lista que describe el tipo de personas que sino cambian, jamás heredarán el Reino de Dios, sino que al contrario, les tocará ir al lago de azufre ardiente. (Ap.21.8) Dicha lista está encabezada por los cobardes. Según el diccionario, un cobarde es una persona que siente miedo ante situaciones difíciles, y muestra falta de valor para emprender acciones peligrosas o que conllevan cierto grado de riesgo. Según los vocablos griegos un cobarde es una persona tímida, una persona amedrentada, que tiene miedo y que huye ante el peligro. Una persona así no influye para nada hacia un cambio, sino que solo se sume y se escabulle en su área de confort, porque su cobardía lo paraliza.

«Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada» Edmund Burke.

Ilustración 📃 Justo González, destacado historiador latinoamericano, señala que a principios del año 400 d.C. “muchos monjes occidentales trataron de oponerse a las injusticias y crímenes de su tiempo. Ejemplo de ellos fue un monje llamado Telémaco, el monje que se lanzó a la arena en el circo romano y detuvo un combate de gladiadores. La multitud enfurecida y supuestamente cristiana, lo mató. Pero a partir de esa fecha, y en respuesta a la acción de Telémaco, los combates de gladiadores fueron prohibidos por el emperador Honorio” (Esto lo encuentras en la obra de J.González, Historia del Cristianismo, Unilit, Tomo 1, p. 264).

Al igual que entonces, en nuestro día también necesitamos actuar valientemente, con hechos que produzcan cambios profundos y duraderos. Ya sea que estemos al mando de una nación o simplemente seamos un número más para las estadísticas, somos responsables en mayor o en menor escala del bienestar de nuestra generación.
Para actuar se necesitan tres cosas fundamentales:
(a) tener esperanza,
(b) conocer las causas de los problemas de nuestro mundo,
(c) entregarse concienzudamente para ser parte de la solución.
Ningún pesimista desesperanzado ha logrado algo por la humanidad. El solo lamentar las consecuencias del caos humano, nunca ha servido para lograr ningún cambio. Y nadie, absolutamente nadie, ha logrado algo positivo entre los habitantes de este planeta, permaneciendo conforme e inerte dentro del mismo problema. Nadie que no hable hace reflexionar a otros.
La Biblia dice que: “Jesús de Nazaret, era un profeta que hablaba con gran poder y realizó grandes milagros ante Dios y todo el pueblo.” Lucas‬ ‭24:19‬

Y así también padeció, murió en la cruz y resucitó al tercer día, a fin de mostrar Su amor con hechos más que con palabras. La conclusión, pues, es que en tiempos de catástrofes naturales, guerras, conflictos y problemas sociales cotidianos, usted y yo actuemos con hechos que impliquen valentía, sacrificio y entrega, y manifestemos lo que es la verdad, Jesucristo es la Verdad; Su Palabra es la Verdad, y solo de esta manera, seremos protagonistas del comienzo de un nuevo mundo.
Mientras muchos pierden el tiempo en el ocio, la diversión superficial, los discursos huecos, la queja y el pecado, Jesucristo nos invita a seguir sus pasos. Entonces, hagamos igual que el monje Telémaco en los días del Imperio Romano: lancémonos a la arena y gritemos a viva voz: ¡Es hora de cambios! ¡Es hora de actuar! !Urgen condiciones diferentes a las actuales”.

📖“»Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Esta es la segunda muerte».”
‭‭Apocalipsis‬ ‭21:8‬ ‭NTV‬‬

Bendiciones y feliz Miércoles!…🤗

“Habla de Dios y de la Biblia, porque no hay otra solución para trasformar este mundo perdido, más que la evangelización de los incrédulos”

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