Cuidado con Tus Palabras
📖“También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida. El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas; pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?” Santiago 3:6-11 NVI
Reflexión 🤔 Nuestra relación con los demás, será buena o mala, según las palabras que utilicemos en nuestro trato con ellos. Igualmente sucede en nuestra relación con Dios.
Ilustración 📃 Una familia se sentó a la mesa a la hora de la comida, y como era costumbre, el padre hizo la oración de agradecimiento por los alimentos, pidiendo a Dios que bendijese lo que estaban comiendo. Luego al terminar su oración, empezó a murmurar sobre los tiempos difíciles y las luchas por las cuales estaban pasando.
Se quejó por la mala comida que tenían que comer, por la forma como se preparaba y por mucho más. Su hija pequeña, interrumpiéndolo, le dijo: -“Padre, cree que Dios escuchó lo que usted dijo cuando oró minutos atrás”? -“Ciertamente”, contestó el padre con aire de buen instructor.
-“Y Dios oyó también lo que usted dijo sobre lo que comemos”? volvió a preguntar la niña. -“Desde luego”, contestó el padre, aunque ya no con tanta confianza como antes. Entonces, su pequeña hija preguntó nuevamente: -” Entonces, padre, en cual de sus dos palabras Dios creyó”?
Pregunta: ¿Y nosotros…acaso también tenemos la misma mala costumbre del hombre de esta ilustración? O confiamos en Dios o no confiamos?. Porque no podemos agradecer por sus atenciones y sus bendiciones, y continuar reclamando por todo.
O hacemos, que con la gracia de Dios, nuestra fe esté afirmada en el Señor, creyendo que todas las cosas cooperarán para nuestro bien, o tendremos mejor que dejar de hablar, ya que nuestro silencio hará menos daño que nuestras palabras negativas, porque: “Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; y se le considera prudente si cierra la boca, Prov. 17:28 NVI.
Conclusión: Cuando el Señor Jesús está en nuestros corazones, toda nuestra vida es llena de contentamiento y entonces, “de lo que abunda en nuestro corazón, habla la boca”.
Aprendamos a alegrarnos, tanto cuando pasamos por momentos de grandes victorias y abundancia, como cuando enfrentamos tiempos de fracasos y escasez. Porque nuestra felicidad no depende de lo mucho o de lo poco que tenemos, sino simplemente de tener a Jesús como Señor y Salvador de nuestras almas. Él es nuestra alegría!
📖”Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo” Sant. 3:2 NVI
Bendiciones y feliz Viernes!…🤗
“Habla de Dios y de la Biblia, porque a través de ella, podremos amoldar toda nuestra vida a sus enseñanzas.”
Por favor contribuye a que la vida en nuestra sociedad sea mejor, conociendo, viviendo y compartiendo esta reflexión que nos conecta con el evangelio.